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¿Quién va a parar el Titanic? (24/04/2008)

¿Quién va a parar el Titanic?


Hace poco fue el día de la tierra.

Aunque hay una corriente muy fuerte que va por dentro, con respecto a lo ambiental, todavía no alcanza, no alcanza la conciencia porque son necesarias acciones, y las acciones que son necesarias son: un sacrificio. Un sacrificio para todos nosotros que estamos acostumbrados a la tecnología moderna, al consumo de cosas que se pueden llamar inútiles pero que todos vemos como necesarias para nuestra vida. Ese consumo es lo que provoca la extracción exacerbada de energía de la tierra con la consiguiente producción de basura, porque nada se pierde todo se transforma.

¿Cómo vivir sin consumir todos estos productos que “se usan y se tiran” y que nos son absolutamente imprescindibles?

Una solución, un poco drástica quizás, es obtener nuestro propio alimento de la tierra. Qué cada persona pueda obtener su propio alimento de la tierra. ¿Quién planteó esto antes? Gandhi y después Masanobu Fukuoka.

El Titanic es la sociedad de hoy, la máquina que se creía indestructible, la máquina que marchaba a todo vapor y que al recibir el aviso de que había un témpano no paró los motores y se estrellaron. Ellos tenían un capitán que no hizo caso del aviso, en la sociedad la responsabilidad se diluye, la culpa siempre la tiene otro y si uno dice paren los motores otro prende un motor mas grande, es decir, ya no hay comando la máquina se alimenta sola, ¿Cómo pararla entonces? Desarmándola, tornillo a tornillo, remache a remache, persona a persona.

¡Eh pero si desarmás la máquina en dónde vamos a viajar!

En la tierra, tenemos la ventaja de que podemos saltar sin hundirnos, de qué aún podemos saltar sin hundirnos.

¡Pero aunque intentes desarmarla va a chocar igual!
Es cierto, quizás choque igual, pero mientras vaya más liviana menos fuerza de arrastre, menos cosas se va a chupar en su hundimiento, menos desastre va a producir.

Entonces: ¿quién va a parar el Titanic?

Nosotros.
Pero no en grandes organizaciones ni en grandes partidos políticos, nosotros, cada uno por sí mismo, o con su familia, o con sus amigos más cercanos.


PD: La analogía con el Titanic nació del blog de Odiseo, sólo que ellos lo comparan con la tierra y yo con la sociedad.

¿Quién va a parar el Titanic?


Texto de Gandhi

Los sacrificios pueden ser de muchas clases.
Uno de ellos bien puede ser trabajar por el pan. Si todos trabajaran por su sustento y nada más, habría alimento y ocio suficientes para todos. No se elevaría entonces ningún lamento por la superpoblación y no veríamos a nuestro alrededor tanta enfermedad y tanta miseria.
Trabajar así sería la forma de sacrificio más elevado. Sin duda los hombres hacen muchas cosas con su cuerpo y su mente, pero todo eso podrían ser labores de amor en pro del bien común. No habría entonces ni ricos ni pobres, ni superiores ni inferiores, ni tocables ni intocables.
Quizá éste sea un ideal inasequible; pero ésa no es razón para dejar de luchar.
Aun cuando no cumplamos enteramente la ley del sacrificio, es decir, la ley de nuestro ser, si realizamos el trabajo físico que se necesita para obtener nuestro pan cotidiano, habremos adelantado un largo trecho hacia ese ideal.
De hacerlo así, se reducirán nuestros deseos, nuestra comida se volverá muy simple. Entonces, comeremos para vivir, no viviremos para comer. A quien dude de la exactitud de esta proposición, dejémoslo que sude por su pan: encontrará que el producto de su labor tiene el mejor de los sabores, su salud mejorará y descubrirá que muchas cosas que consideraba imprescindibles eran en realidad superfluas.
¿Los hombres no pueden ganarse el pan con su trabajo intelectual? No. Las necesidades del cuerpo debe proveerlas el cuerpo. Quizá en esto se aplique bien aquello de "Al César lo que es del César".
El trabajo mental, esto es, intelectual, se relaciona con el alma y sus propias satisfacciones. Nunca debiera exigirse que sea pagada. En el estado ideal los médicos, los abogados, y otras personas semejantes debieran trabajar únicamente en beneficio de la sociedad, no para sí mismos.
La obediencia a la ley de trabajar por el pan dará lugar a una revolución silenciosa en la estructura de la sociedad. El triunfo del hombre consistirá en sustituir la lucha por la existencia por el servicio mutuo.
La ley del bruto será reemplazada por la ley del hombre.

Harijan, 29-6-’35, p. 156

Mahatma Gandhi
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