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Taller de nada XVIII – Método Fukuoka


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Con Fukuoka me pasa eso, después de leer el primer libro me preguntaba: ¿Cómo se hace la agricultura natural? ¿Cómo? En el libro no decía como. Un tiempo después me encontré caminando por el parque y supe como: escuchando la tierra, escuchando la naturaleza, no hay otra forma, no hay un método que se pueda explicar, no hay un manual del agricultor natural, porque la naturaleza no tiene manuales, hay que escuchar la tierra. Sentí mucha alegría, el camino es sencillo si uno cree que es sencillo.

Después, seguí leyendo otros libros de Fukuoka, y perdido en alguno de ellos estaba la misma respuesta que había encontrado: escuchar la tierra, el mejor método es no tener un método.

Seguí leyendo y seguí leyendo hasta que tuve la sensación de que algo andaba mal, ¿cómo puede ser de que alguien que proclame lo erróneo de seguir un método escriba tanto sobre su pensamiento?, su pensamiento sobre la agricultura natural no deja de ser un método. Poco después encontré la respuesta: “Yo estoy convencido de que escribir libros no sirve para nada”, dice Fukuoka. Por lo tanto leerlos tampoco serviría demasiado. Igual seguí leyendo hasta que terminé el libro que había empezado, es una costumbre que tengo: siempre terminar los libros aunque no me gusten.

Después paseando mi perra por el parque y viendo como olfateaba y elegía el pasto para mordisquear, se me ocurrió algo, el hombre debería volver al instinto, debería recuperar su conocimiento instintivo, no para volver a ser animal, sino para avanzar un escalón, no para destruir sino para construir sobre su propia inteligencia.

Agarré otro libro de Fukuoka, el último disponible en castellano, trescientas páginas, y en algún lugar perdido entre esas páginas me encuentro con el mismo pensamiento.

Después de tanta lectura creo que estas tres cosas son las que rescato:

Escuchar la tierra.
No hay método.
Volver al conocimiento instintivo.

Por un tiempo largo dejé de leer sus libros y en un momento me encontré recordándolo, en uno de sus libros decía que se sentía profundamente solo, había muerto un jefe indio norteamericano que él había conocido y que parecía que era la única persona que lo comprendía hasta lo último. Está cerca el momento de la muerte de Fukuoka, pensé. Así fue, unas semanas después me enteré de su muerte.

¡Qué pena!

¿Que cosa, la muerte? No, a mi por ejemplo me gustaría que cuando muera hagan una fiesta, si no muero no puede haber renovación de la vida y no hay nada mejor que celebrarlo.

¿Una pregunta, al final hay que leer o no?

Sí yo diría que lo mejor es leer, pero que hay un momento que hay que dejar de leer y ponerse a hacer.

Y ahora hay que probar hacer.



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