Del otro lado de un afiche publicitario (27/12/200/)
Muchas veces voy caminando por la calle y encuentro algo que me llama la atención desde el piso, hay cosas que literalmente me llaman desde el piso, eso me pasó con un clavel del aire que vi pero que no levanté porque me pareció que no valía la pena, hice tres pasos y sentí un tirón en la espalda, un no me dejes yo te había llamado vos me escuchaste por qué me rechazás. Volví y lo agarre, siempre me pareció que el destino de estos claveles en casa es secarse, pero quizás sea mejor hacerlo en una maceta recibiendo alguna atención de vez en cuando que en el medio de la calle ser pisado por una camioneta. Hoy cuando vuelva a casa voy a ir a ver como está, en realidad nunca le volví a prestar atención desde el día que lo encontré.
Mi hijo también tiene esa costumbre aunque nunca me vio, creo que nunca me vio, levantar algo del piso de la calle, él levanta piedras, palitos, semillas, flores rotas y después las quiere guardar en casa, pero como no lo dejamos, le sugerimos algún escondite cerca de la entrada o directamente que las tire, en casa no hay lugar para nada.
Un día encontré un papel de un afiche publicitario, estaba entero aunque un poco doblado, también pasé de largo pero después me arrepentí y volví, había un rollo de esos papeles muy grandes con la propaganda de una de las maratones que se hicieron en la ciudad. Quedó en casa junto con otros rollos de papel y de tela que usamos para pintar, hasta que una de esas tardes de las tantas tardes en que no fuimos más a pintar al parque, por una cosa o por otra no salimos a pintar, porque hay mucho viento, porque no hay ánimo, porque no. En una de esas tardes le propuse a mi hijo pintar en un papel muy grande, muy grande, él dijo que sí, yo le dije que íbamos a pintar los dos juntos y lo hicimos. Nos dividimos el trabajo, el se dedicó más a las figuras y yo más al fondo:

Cuando terminamos ese día me dijo que quería usar las plasticolas de colores, pero como todas las que tenía estaban secas el asunto quedó pendiente hasta que fuimos a una librería artística decorativa, estaba lleno de cosas para hacer decoraciones y todas esas cosas que se suelen ver por utilísima, allí había un montón de plasticolas de distintos colores y con brillitos, él eligió una dorada volvimos a casa y le pegué la hoja para que trabajara, preparé la pintura con los colores que él eligió, pero yo pinté casi todo, él se dedico a la plasticola dorada:

En estos días experimentamos prepara una tela nosotros mismos para pintar y como no nos quedó tan bien como yo esperaba me dediqué a experimentar siguiendo la misma linea de las pinturas anteriores, en un momento yo estaba haciendo esto y LaPaka sentada con hijo del otro lado de la mesa me miraban. ¿Y ahora qué hago?, pregunté en voz alta. Ponele magenta, así en círculos, dijo ella. ¿Y ahora qué hago?, volví a preguntar. Amarillo, amarillo en el centro del magenta. Ahh que lindo que quedó. Dale seguí preguntando así yo te voy guiando, dijo ella, yo soy la mente y vos la mano ejecutora. Estuve mirando un rato la tela y no pude ser más una mano ejecutora porque se me ocurrieron muchas cosas y cosas hasta que nos fuimos a dormir y al otro día dibuje una mujer en un papel y después la pegué a la tela:

Pegué los que habíamos hecho con hijo en la pared, LaPaKa cuando lo vio dijo: ahora que las paredes están todas ocupadas con pinturas el ambiente parece más grande, ¿no?
No sé, pero hijo quizás no estaba de acuerdo, ayer agarró y despegó la primera, la roja, hizo un bollo grande y la tiró a la basura. También había despegado la segunda pero yo la volví a pegar y todavía sobrevive, pero no creo que por mucho tiempo.
PD: FELIZ AÑO A TODOS TODOS AÑO FELIZ A TODOS!!