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Solarium (03/11/2007)

El sábado se presentaba ventoso, muy ventoso, de eso me di cuenta apenas saqué el dedo mojado por la ventana. ¿Para qué usar el dedo si es obvio que hay un viento de puta madre? Lo que pasa es que hay que captar además la calidad del viento, si es un viento sucio, y que tipo de suciedad está trayendo, esto tiene importancia si uno va a esparcir pintura sobre un lienzo porque esta suciedad va a pasar a ser parte de la obra. No es lo mismo que uno mate un mosquito en su hombro y que este caiga directamente en el acrílico recién esparcido a que un huracán arrastre la obra por el polvo de ladrillo. De cualquier forma uno se daba cuenta que era un ambiente poco propicio para esta actividad. A menos que usáramos el piso para extender el papel, en el piso siempre es menos riesgoso que se lo lleve el viento, ¿y si en vez de pintura usamos lápices? Entonces allí fuimos con los lápices y la intención de pasar la tarde en familia y compartir un grato momento en el solarium. Sí, el parque era un solarium, un conjunto de estoicos adoradores del sol se habían establecido tomando posiciones estratégicas desafiando a los elementos con valentía y constancia. Nosotros solamente con el mate y la pava nos establecimos en un banco de madera en medio del pasto y desde allí dirigimos nuestras operaciones.



Estas en gran parte consistieron en tratar de evitar que la tierra nos entrara en los ojos y que los chicos que jugaban a la escondida justo detrás nuestro no nos pisaran las cosas. Yo presentía que no era el momento para hacer nada, cuando una ráfaga desenrolló el papel que estaba por estirar e hizo volar el otro papel ya dibujado que tenía adentro. LaPaKa gritaba, ¡la obra, la obra! ¡Se te voló! Yo dije: ¡Oh se voló la obra!, y salí corriendo, hijo corría atrás mío. Por suerte la obra se enganchó en la base del mástil blanco mástil y ahí se quedó, aplastada y torcida. Hijo de lo más divertido corría alrededor del mástil.
Vagamente recordé una charla que había tenido con LaPaKa, que no había sido una charla sino una reflexión de ella que comparto a lo largo y a lo ancho:

Allí donde el quiebre es la separación total de las cosas es donde emergen las nuevas formas, ver en el arte un nuevo modo de verter las formas es quizás un sistema egoísta de concientizar la modificación, todo cambia, el arte no es mas que una de las muchas manifestaciones de la mente humana. En tanto consumismo, se fue desvirtuando el arte por el arte, perdido en la busca del comercionismo de la producción, hay artes que nacieron para ser vistos y destruidos y otros que erróneamente han ido acabando en vitrinas y paredes hermosamente adornadas, creo que lo que debería predominar a futuro es el arte efímero, no en vano los niños todo lo que hacen lo destruyen luego, aprendamos de ellos





Nos volvimos después de hacer una visita obligada a las hamacas, uno por uno cada cual a su turno nos sentamos y volamos un poquito más alto, para saber que es eso de sentirse viento. En casa nos pusimos gotas en los ojos para diluir los camiones de tierra que nos había entrado y nos entregamos a la tarea noble tarea de hacer pizza. Yo lo digo en plural, como si todos hubiéramos hecho todo, pero en realidad hubo algunos más protagonistas que otros, no vamos a develar el secreto.
En la noche comimos la pizza y tomamos vino y recordamos lejanías: como una pizzería del barrio de Versalles a la que iba con mi papá y en la que una vez, como exageración máxima del dulce de leche, me comí un palo Jacob. Hace unos años volvimos, hicimos la cola de veinte personas que esperaban para la pizza y nos llevamos a casa la mayor concentración del universo en grasa de muzzarela, una bomba grasónica que cada vez que lo pienso me vuelve a dar asco. Pero era rica. LaPaka me contaba de un cocinero gordo que daba vuelta la masa de la pizza en un dedo y que cortaba la pizza mirando para afuera riéndose con cara de degenerado. Parece que el señor cortaba las porciones perfectamente pero miraba los culos de las señoras y señoritas a través del reflejo de la vidriera. Yo quedé semidormido, LaPaKa se durmió tratando de que yo me despertara y al final yo me desperté con la visión de una flor violeta sobre una pared. Me desperté con picazón de dedos y desesperación de manos, extendí el papel que no había podido usar a la tarde y empecé a bajar la visión con tinta.
Al otro día amaneció fresco pero calmo, no fuimos al concurso del museo Sivori, yo dije a ver quienes eran los valientes que se atrevían, nosotros no estuvimos entre esos valientes, pero a la tarde sacamos el caballete. Yo me fui con hijo a retozar por las pampas de arena y tierra, de arena y hamacas, de pelota y tierra en la ropa. Yo me fui y LaPaKa se quedó pintando, pintando, pintando y pintando, y pintó:



Más tarde yo también pinté un poquito lo que había empezado a la noche:




Una familia estaba al lado nuestro, la nena, como siempre sucede, fue la que primero se acercó y me preguntó qué pintaba, porque ella no iba a clases de pintura pero le gustaba dibujar, pintaba en la escuela pero eso no se podía llamar clases de pintura, porque iba a la mañana y a la tarde y no podía ir a clases de pintura otras que no fueran en la escuela que no eran clases de pintura pero que sí era pintar. Después, cuando se iban, toda la multitud familiar, eran como diez, se pararon a opinar sobre la obra ¡Oh la obra! de LaPaKa. Ella había terminado de pintar su flor borgoña y había puesto "El valle de Teodora" para hacer unas correcciones, parece que esa pintura atrae de forma instantánea a las multitudes. Cuando se fueron ella me confesó que se había sentido un poco abrumada con tanta gente que miraba y decía cosas. En el fondo creo que te preocupás demasiado por los detalles, no importa demasiado si la arena se funde de manera armónica con el pasto o si la planta está muy oscura, lo que importa es que tiene la inocencia y la malicia, pero son las figuras de Teodora que le dan el clima. Está bien tenés razón, tenés razón, el paisaje no tiene que molestar pero tiene que acompañar. Al final es como dijo la madre de la nena: yo no entiendo nada de nada pero me parece que este es más alegre que el que estabas pintando antes.
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