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El tiempo fugitivo

Hay personas que dicen que el destino es fugaz, pero no recuerdo a nadie que me lo haya dicho. Quizás esos piensen en un faro que esta en el horizonte y que, a punto de ser alcanzado se desvanece en el aire. Quizás no es fugaz sino fugitivo y no es el destino, es el tiempo. Es el destino que se convierte en zanahoria, me corrigen, es la coneja que hay que correr todo el tiempo. Y yo digo: paremos de correr la coneja. Pero no, el mundo sigue corriendo y nos invitan a Expotrastiendas. Vamos y por suerte nos equivocamos el camino, este es un mundo de avenidas llenas, de autos vacíos y estacionamientos apilados apisonados agarrotados y todos llenos de hados. Nosotros doblamos a la izquierda en perfecta soledad y al subsuelo, la barrera se levanta, cinco pesos la hora dice el cartel. El destino nos trajo hasta aquí y ya no podemos volver atrás, ahhhhh la soledad se paga, dicen otros que no son los mismos que decían de la fugacidad. Entonces vamos y lo primero que hay es una cola, un montón de gente, ¿qué hacemos?, nos incorporamos al montón, esperamos, y la paciencia nos paga un vasito de vino. Y ahora sí, nos vamos con la marea, hacia la izquierda. Pasamos, atravesamos, nos inmolamos en el gentío del hastío. Agarramos todas las tarjetas posibles y decimos con LaPaKa después recortamos y hacemos un colage gigante. Entre las cosas que nos llaman la atención veo algo que me resulta conocido, me acerco, me acerco, me pego al vidrio, y es un dibujito hecho por computadora enmarcado primorosamente. Justo en la semana había hecho un garabato parecido pero que me gustaba mucho, hay cosas que yo hago y me gustan mucho, otras no tanto (la mayoría me gustan mucho):



Viene LaPaKa y le digo: mirá es un dibujo hecho por computadora. Sí, dice ella, como el tuyo. Al mismo tiempo que levanto la vista y veo una señora vestida de negro y muy muy muy señora arreglada muy, digo: ¡pero el mío es más lindo! Quizás por el vino, quizás por una costumbre de familia, lo dije muy fuerte y alcancé a sentir una mirada así como de odio. Pero lo que está adentro del local está bueno, me dice LaPaKa, eran unas esculturas. La señora a esta altura estaba muy atenta a nuestros comentarios, la agarró a ella del brazo y le mostró su obra con detalle. No podés, no podés escupir tus pensamientos de esa manera, me dijo LaPaKa cuando volvió. No había cartel que dijera prohibido salivar en este establecimiento, ¿será tan malo? Quizás sonó agresivo, pero fue sin malicia...
Lo que más me gustó de toda la muestra fueron unos hierros con cascotes de demolición puestos hermosa y cuidadosamente en una caja negra. Entonces en un momento supremo de visión, ayudada por otro vinito que me habían ofrecido, me preguntaba por qué esas piedras me respondían algún secreto del universo. Eso mismo le dije a la autora y me respondió que por algo ella las había levantado de la calle... creo que fue el único lugar de donde no me llevé ninguna tarjeta ni nada impreso.

En este blog se suponía que tenía que hablar de las experiencias pintando en parques y plazas, últimamente me estoy yendo un poco por las ramas, pero igual se trata de experiencias con el arte, no sé, digo, pienso y nada (en algún momento de la vida se me pegó el nada, pero no voy a dejar que se instale en mi vocabulario).

El sábado venía difícil porque estábamos comprometidos para ayudar a inflar globos en la fiestita de unos amigos, en realidad yo no tenía muchas ganas de ir, pero entre una cosa y otra nos escapamos al parque y en cinco minutos mientras mi hijo mayor hamacaba a mi hijo menor me senté contra un árbol y dibujé:



Las hamacas iban y venían enfrente de mí, yo tenía un ojo en el papel y otro en los chicos, hasta que vinieron a decirme que querían ir a otro lado. Nos fuimos, el dibujo quedó como estaba. Y después mil cosas, inflar globos el sábado, pizza a la noche, fiesta el domingo hay que bañarse. ¿Huh hay que bañarse? ¡Sí, hay que bañarse! Bañarse, bañarse, bañarse, perfume, ropa limpia, fiesta, fiesta, metegol, chorizos, pollo, paty, me morí de hambre porque soy algo vegetariano, palitos, chizitos, torta, espumante, brindis, souvenir, todo muy lindo, a la cama.
Lunes feriado, despertarse muy tarde, comer, pero ahora sí, expedición parque con acrílicos y aprovecho para pintar lo que dibujé antes. Salimos rápido, llegamos rápido, nos sentamos en el arenero y quiero sacar un color a azar. Esperá que te los mezclo porque ya los miraste y sabés dónde están, dice LaPaKa. Cierro los ojos y meto la mano en el recipiente: el premio mayor fue para el turquesa. Pinté cinco minutos y se largó una copiosa llovizna, levantamos campamento:



Decía lo de la fugacidad porque así fue la historia, un toque, un pasar momentáneo, un corrimiento de un lado al otro, y a veces parece que toda la vida se va así, de repente uno se mira y es el mismo de siempre pero pasaron veinte años. El destino es una marioneta fugaz.
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