La aventura (25/08/2007)
La aventura comienza el lunes anterior, feriado por el día de nuestro prócer máximo, ese día extrañamos el mar. Entonces dijimos: hagamos un mar blanco y fuimos al parque munidos de los elementos usuales: papel, tijeras, y látex para exteriores. Cortamos una dimensión considerable, dos metros por uno y nos entregamos a la noble tarea de edificar las olas sobre el césped.
Desde que los vi sentarse ya me dieron mala espina, una familia completa o dos, con bidones,termos, mates y muchas diferentes categorías de niños. Se ubicaron un par de mesas más para allá. La verdad que ese día estaba lleno de gente, hasta había un par jugando al ajedrez.
Cuando terminamos la segunda mano mi pálpito empezó a desarrollarse, un pequinés se acercó por mi espalda ladrando como si le estuviera usurpando el fuego a los dioses, me di vuelta y retrocedió casi con un gemido, son muy cagones los pequineses, le dí la espalda y de vuelta, se acercó gruñendo, por suerte la dueña nos salvo del ataque del cancerbero pero, siempre hay un pero, la señal había sido pronunciada.
Dos niños corrían hacía el papel, hermoso papel estirado en el piso de 2 metros por uno con dos manos de latex blanco inmaculadas, yo estaba del otro lado, es decir los chicos pasarían por el papel y después a mí. El más grande le apuntó derechito y a último momento giró, yo hice ahhhhhh, la más chiquita (siempre son nenas las que nos pisan en el papel) supe que no iba a parar y entonces empecé a gritar: NO NO NO NO NO NO NO NO... pasó por encima del papel como si nada. Levanté la cabeza y vi a la madre que estaba como diciendo: jodete por poner el papel en el camino de mi hija...
Después de eso a mi hijo se le deslizó la pelota de basquet encima y ya no nos enojamos porque es así la vida, y todo esto le agrega un interés adicional a la textura... igual le pasé otra mano y quedó bastante parejo:

El sábado siguiente nos fuimos cerca de las hamacas, aprovechamos porque había poca gente. No había nadie en realidad, y de a ratos jugábamos con los baldecitos en la arena y nos hamacábamos y también estiré los papeles en el piso y me puse a hacer esto:

Es decir copiar el dibujo en el papel preparado. Por suerte la nena que se acercó varias veces a mirar no tenía intención de pisar nada, ya se notaba desde lejos, de esto podemos llegar a la demostración de la siguiente proposición: "no a todas las nenas les gusta pisar los papeles blancos".
Al final quedó así:

Y Luego de la tarea cumplida, nos fuimos a tomar el chocolate con galletitas formis a casa.
Desde que los vi sentarse ya me dieron mala espina, una familia completa o dos, con bidones,termos, mates y muchas diferentes categorías de niños. Se ubicaron un par de mesas más para allá. La verdad que ese día estaba lleno de gente, hasta había un par jugando al ajedrez.
Cuando terminamos la segunda mano mi pálpito empezó a desarrollarse, un pequinés se acercó por mi espalda ladrando como si le estuviera usurpando el fuego a los dioses, me di vuelta y retrocedió casi con un gemido, son muy cagones los pequineses, le dí la espalda y de vuelta, se acercó gruñendo, por suerte la dueña nos salvo del ataque del cancerbero pero, siempre hay un pero, la señal había sido pronunciada.
Dos niños corrían hacía el papel, hermoso papel estirado en el piso de 2 metros por uno con dos manos de latex blanco inmaculadas, yo estaba del otro lado, es decir los chicos pasarían por el papel y después a mí. El más grande le apuntó derechito y a último momento giró, yo hice ahhhhhh, la más chiquita (siempre son nenas las que nos pisan en el papel) supe que no iba a parar y entonces empecé a gritar: NO NO NO NO NO NO NO NO... pasó por encima del papel como si nada. Levanté la cabeza y vi a la madre que estaba como diciendo: jodete por poner el papel en el camino de mi hija...
Después de eso a mi hijo se le deslizó la pelota de basquet encima y ya no nos enojamos porque es así la vida, y todo esto le agrega un interés adicional a la textura... igual le pasé otra mano y quedó bastante parejo:

El sábado siguiente nos fuimos cerca de las hamacas, aprovechamos porque había poca gente. No había nadie en realidad, y de a ratos jugábamos con los baldecitos en la arena y nos hamacábamos y también estiré los papeles en el piso y me puse a hacer esto:

Es decir copiar el dibujo en el papel preparado. Por suerte la nena que se acercó varias veces a mirar no tenía intención de pisar nada, ya se notaba desde lejos, de esto podemos llegar a la demostración de la siguiente proposición: "no a todas las nenas les gusta pisar los papeles blancos".
Al final quedó así:

Y Luego de la tarea cumplida, nos fuimos a tomar el chocolate con galletitas formis a casa.