Quiero iniciar un movimiento que se llame “Los caballetes a la calle”, que no sólo haya músicos y vendedores en los andenes, que no solo haya pintura en las galerías y los museos, quiero que seamos un faro de lo nuevo, que no salgamos a pedir plata, que salgamos a mostrar y que hagamos arte con un pie entre la gente, que la gente se acerque al arte y que nosotros nos acerquemos a la gente.
Yo ya lo estoy haciendo, casi sin querer, pero para que tenga efecto tienen que haber muchos, muchos sacando sus caballetes a la vereda, al parque, al anden, donde sea, cuando sea, pero fuera de la tranquilidad del estudio, fuera de la pieza, fuera del baño, fuera de la casa, a exponerse al mundo, porque un arte para artistas no sirve, seamos un faro de lo nuevo.
¿Suena muy a arenga de político?
Y un poco sí, pero bueno, para darle impulso a la cosa hay que ir al frente.
¿Pero vos qué querés hacer, en dos palabras?
Juntar artistas e ir a hacer arte a la calle, o que vayan cada uno por su lado cuando puedan y saquen su arte, no para vender nada, sino para mostrarse.
¿Y para qué mostrarse?
Porque el arte nos conecta con el universo.
Lo que espero es que con el tiempo se transforme en un fenómeno masivo, es decir que se note. No es algo individual lo que importa es el conjunto, muchos artistas haciendo arte en la calle.
No es comercial, no es político, no quiero fundar la organización de artistas que pintan en la calle, quiero que el arte salga de los pasillos para instalarse entre la gente, y no me importa que la mayoría de la gente no preste atención, con uno que se pare a mirar ya es suficiente.